En la cosmogonía Wixaritari, uno de los elementos representativos y ritualísticos más importantes son las flechas. Existen dos clases de flechas: ceremoniales y de caza, estas representan la existencia misma. Desde que un niño Wixaritari nace, el padre debe hacer un flecha personal que sea de identificación particular del infante con la divinidad. Cuando un miembro de la comunidad Wixaritari muere, las flechas del fallecido deben de ser llevadas al lugar donde fueron cortadas. Según Olivia Kindl, su complemento más frecuente son las jícaras con las que guardan una relación de oposición complementaria.
Las flechas, por lo regular son elaboradas por los hombres ya que se les asocia a actividades masculinas como la cacería del venado, y a la vez, están vinculadas con la estación seca, el sol y el lado oriental del mundo, la región celeste elevada, el día y la luz. Ambos objetos -como se mencionó en el blog que publicamos acerca de las jícaras- presentan aspectos estrechamente ligados con el dualismo sexual y cosmológico que impregna la sociedad Wixáritari tradicional.
Elementos tan importantes como las flechas, no son un símbolo lineal y, por ello, no tiene una explicación definitoria; representa varias ideas muy particulares de la cosmovisión Wixaritari. Existen numerosas versiones mitológicas que relatan el nacimiento de los objetos rituales y explican sus conexiones con determinados antepasados y rituales. Para el caso del origen de las flechas, podemos mencionar una narración de la creación del mundo: en ella aparece Tarnatsi Kauyumari, "Nuestro Hermano Mayor, el que no sabe su nombre" cuando emerge por primera vez del Océano Pacífico. Esta figura mitológica, que se presenta bajo la forma de un venado, es una de las más importantes del panteón Wixaritari por su papel de intermediario entre los humanos y sus antepasados. Cuando Tamatsi Kauyumari salió del océano, todos los objetos que los pueblos Wixaritari elaboran hoy en día para ofrendarlos aparecieron en distintas partes de su cuerpo: las flechas ('in) nacieron de su cornamenta junto con las varas emplumadas (muwieri).
Tanto Lumholtz como Preuss insisten en la complicidad que une a Tamatsi Kauyumari con las flechas y las plumas. Preuss explica al respecto: "el cantor invita al dios [el fuego] para que venga a preparar la fiesta. Contesta el dios que no es capaz de hacer esto por sí mismo, y que es necesario llamar a la Estrella Matutina Kauyumari, la cual es, según los Wixaritari, un venado. El dios envía a la Estrella Matutina dos plumas de las aves tutuní y piuáme. Las plumas penden de unas flechas de ceremonias. Las flechas llegan al sitio de la salida del sol. Ahí duerme la Estrella Matutina, escondida entre unas plumas mágicas". Así, Tamatsi Kauyumari, la Estrella de la Mañana, es el venado, el fuego; por ello el Mara'akame es un mensajero de los antepasados, por el uso de flechas para cazar venados.
Explica Ramón Mata Torres: “…La vida es como una flecha, se lanza hacia adelante, hacia un fin, hacia un blanco, ¿y cuáles son ese mensaje y fin? La divinidad misma. La flecha es el mensaje y unión, palabra y espíritu…”
Si te interesa saber más acerca de la Cultura Wixaritari, te invitamos a leer nuestros siguientes blog posts. También puedes visitarnos en Galería Colectika y Peyote People en Puerto Vallarta, Jalisco, México.
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